Permanece en mi mente todo el día, Padre mío.
1. Padre mío, permanece en mi mente desde el momento en que me despierte, y derrama Tu luz sobre mí todo el día. Que cada minuto sea una oportunidad más de estar Contigo. Y que no me olvide de darte las gracias cada hora por haber estado conmigo y porque siempre estás ahí presto a escucharme y a contestarme cuando te llamo. Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo acerca de Ti y de Tu Amor. Y que duerma en la confianza de que estoy a salvo, seguro de Tu cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo.
2. Así es como debería ser cada día. Practica hoy el final del miedo. Ten fe en Aquel que es tu Padre. Deja todo en Sus Manos. Deja que Él te revele todo y no te desanimes, pues eres Su Hijo.
Audio texto Lección 232 Maya Lacuara
Material de apoyo por Jorge Pellicer Lección 231-240, Que es la salvación?
Ayuda para las lección 232 de  Robert Perry  y Allen Watson
Ahora buscaré y hallaré la paz de Dios.
Instrucciones:
Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica  de este libro.
Comentario
Cuando me despierto, Dios está en mi mente; Su Presencia está conmigo y en mi consciencia. Su Amor, y el gozo y la paz de saber que Dios está conmigo, tienen prioridad por encima de cualquier otra cosa. Surgen las molestias físicas y las preocupaciones acerca de organizar el día, pero nada de esto desplaza a la paz de Dios; es mi base, mis cimientos, y lo más importante. Es una consciencia constante, como el sonido de fondo del aire acondicionado, siempre aquí, a menudo sin notarse, pero listo para ser notado en cualquier momento en que Le preste atención.
“Que cada minuto sea una oportunidad más de estar Contigo” (1:2). ¡Éste es mi deseo! Estar con Dios cada minuto del día. Me recuerda al Nuevo Testamento, Juan 15: “Mora en mí, y yo en Ti”. O la expresión de esa misma idea del Antiguo Testamento: “El Dios eterno es tu refugio, y debajo están los brazos eternos” (Deut.33.27). Que hoy recuerde cada hora decir: “Gracias por estar conmigo hoy. Gracias por estar siempre conmigo”. 
Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo acerca de Ti y de Tu Amor. Y que duerma en la confianza de que estoy a salvo, seguro de Tu cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo.   (1:4-5)
Seguro de estar a salvo. Por lo tanto, libre de todo miedo. La mayor parte de nuestra vida está dirigida por miedos de varias clases, el miedo dirige al ego. La paz es la ausencia de miedo. Y puesto que el miedo es la ausencia de amor, la paz y el amor van siempre juntos. Cuando estoy amando, estoy en paz. Cuando estoy en paz, estoy amando. Cuando estoy seguro de estar a salvo, conociendo la Presencia de Dios conmigo en cada momento, estoy en paz y el amor fluye a través de mí.
 
“Así es como debería ser cada día” (2:1). Éste es el propósito de la vida en este mundo: vivir cada día con Dios en mi mente. Despertar en Su Presencia, caminar en Su Amor radiante, y dormir bajo Su cuidado y protección. Vivir de tal manera que Su Presencia se convierta en lo primero de todo, y que la agitación y el ruido de este mundo queden en segundo plano.
¿Cómo es el día para alguien que ha aprendido lo que enseña el Curso? Sencillamente esto: Practicar constantemente el final del miedo. Caminar con fe en Aquel Que es mi Padre, confiándole a Él todas las cosas, y no desanimarme en nada porque yo soy Su Hijo (párrafo 2).


¿Qué es la salvación?  (Parte 2)
¿Cómo funciona la salvación? La esencia de esto se afirma en una frase sencilla: “La Palabra de Dios se le concede a toda mente que cree tener pensamientos separados, a fin de reemplazar, esos pensamientos de conflicto con el Pensamiento de la paz” (1:4). En el momento en que surgió en nuestra mente el pensamiento de conflicto, la Palabra de Dios se puso en nuestra mente también. Antes incluso de que comenzase el desastre, se dio la Respuesta.
Tú y yo, que pensamos que somos seres separados, somos esa mente que piensa que tiene pensamientos separados. Pero en nosotros se puso la Palabra de Dios, la Verdad está debajo de todos nuestros propios engaños. Desde dentro, el Pensamiento de Dios está trabajando en silencio, esperando, actuando para reemplazar todos nuestros pensamientos de conflicto. Los pensamientos de conflicto son miles, tomando miles de formas, cada una en conflicto con el universo, y la mayoría en conflicto con las demás. El Pensamiento de la paz es uno. Es el único remedio para cada pensamiento de conflicto, ya sea de odio, de ira, de desesperación, de frustración, de amargura, o de muerte. El Pensamiento de Dios los cura todos ellos.
El remedio está dentro de mí, ahora. Esto es la salvación: volverse hacia adentro, al Pensamiento de paz, y encontrarlo allí dentro de mí.
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