Abrigar deseos conflictivos no puede ser mi voluntad.
1. Padre, Tu Voluntad es la mía, y nada más lo es. No hay otra voluntad que yo pueda tener. Que no trate de forjar otra, pues sería absurdo y únicamente me haría sufrir. Sólo Tu Voluntad me puede hacer feliz,: y sólo Tu Voluntad existe. Si he de tener aquello que sólo Tú puedes dar, debo aceptar lo que Tu Voluntad dispone para mí y alcanzar una paz en la que el conflicto es imposible, Tu Hijo es uno Contigo en ser y en voluntad, y nada contradice la santa verdad de que aún soy tal como Tú me creaste.
2. Y con esta plegaria nos sumergimos silenciosamente en un estado en el que el conflicto es imposible, pues hemos unido nuestra santa voluntad a la de Dios, en reconocimiento de que son una y la misma.
Audio texto Lección 307. Maya Lacuara
Material de apoyo por Jorge Pellicer Lecciones 301 a 300 Qué es el pecado?
Ayuda para las lección 307 de Robert Perry y Allen Watson
Abrigar deseos conflictivos no puede ser mi voluntad.
Propósito:
Ver las instrucciones para la práctica en las instrucciones de la Segunda Parte del Libro de Ejercicios, o en la Tarjeta de Práctica de este libro.
Comentario
“No hay otra voluntad que yo pueda tener” (1:2) excepto la Voluntad de Dios. No existe otra voluntad. La idea de que podría haber algo (el demonio, yo mismo, incluso una parte de mí) que se opone a Dios es la idea de la que procede la separación. Intentar “forjar otra” (1:3) es imposible, no existe nada que esté aparte de Dios, la Fuente de todo ser. Intentar inventar otra voluntad distinta a la de Dios es la fuente de todo dolor (1:3), el dolor es el falso testigo de ese intento.
Si no hay otra voluntad que la de Dios, entonces “los deseos conflictivos no pueden ser mi voluntad”. La aparente sensación de conflicto mental que siento, La guerra mental entre el Jekyll y el Hyde (el bueno y el malo) dentro de mí, tiene que ser una ilusión y no puede ser lo que yo quiero. Tengo que aprender a aceptar que los deseos en mí que parecen estar en conflicto con mi verdadero Ser no son reales, y no tienen nada de verdad acerca de mí. No significan que yo sea un malvado o un caso perdido. No significan nada.
No tengo otra elección.
Si he de tener aquello que sólo Tú puedes dar, debo aceptar lo que Tu Voluntad dispone para mí y alcanzar una paz en la que el conflicto es imposible, Tu Hijo es uno Contigo en ser y en voluntad, y nada contradice la santa verdad de que aún soy tal como Tú me creaste. (1:5)
En palabras sencillas, Dios me creó, yo no. Lo que yo soy no es el resultado de mi propia elección. Soy tal como Dios me creó. No tengo elección respecto a ello. La paz total es imposible hasta que acepte que esto es verdad y acuda a lo que soy, poniendo fin a mi lucha con la realidad. Que termine la lucha, que me rinda a mi Ser.
¿Qué es el Segundo Advenimiento? (Parte 7)
“El Segundo Advenimiento es el único acontecimiento en el tiempo que el tiempo mismo no puede afectar” (4:1). Esto es verdad porque el Segundo Advenimiento es sólo el recuerdo de lo que es eterno y no puede cambiar nunca. Es un acontecimiento en el tiempo, es decir, tiene lugar dentro del tiempo, aunque pone fin al tiempo. El Segundo Advenimiento afecta al tiempo, pero el tiempo no puede afectarlo a él.
“Pues a todos los que vinieron a morir aquí o aún han de venir, o a aquellos que están aquí ahora, se les libera igualmente de lo que hicieron” (4:2). Cuando decimos que “en el Segundo Advenimiento todas las mentes se ponen en manos de Cristo”, “todas” incluye no sólo a las personas que están vivas ahora, sino todos aquellos que vivieron antes y aquellos todavía por venir. Por lo tanto, aunque el Segundo Advenimiento ocurre dentro del tiempo, va más allá del tiempo. Se extiende al pasado para liberar a los que vivieron antes, así como a aquellos “vivos” en cuerpos. Es un acontecimiento que va más allá del tiempo. No queda nadie fuera. El Texto dice que los milagros “Cancelan el pasado en el presente, y así, liberan el futuro” (T.1.I.13:3). La idea de que podemos “cancelar” el pasado es sorprendente, tranquilizadora. Se nos dice que “el Espíritu Santo, si se lo permitimos anulará todas las consecuencias de nuestras decisiones equivocadas” (T.5.VII.6:10). El Segundo Advenimiento es la expresión última de esa liberación, en la que a cada uno, incluso a aquellos del pasado, “se les libera igualmente de lo que hicieron”, es decir, se les libera de las ilusiones que inventaron.
No sé cómo sucederá esto. Cuando el Curso dice que el Espíritu Santo no está limitado por el tiempo (T.15.I.2:3-5), no puedo decir que entiendo cómo puede extenderse hacia atrás en el tiempo y sanar cosas que ya han sucedido desde nuestra perspectiva. Sin embargo, el Curso deja muy claro que Él puede hacerlo. En el Segundo Advenimiento, cada percepción falsa desde el comienzo hasta el final del tiempo será sanada. No quedará ni condena, ni culpa en ninguna mente, ni en ningún lugar, ni momento.

