Para los repasos de mañana y noche:
1. (91) Los milagros se ven en la luz.
No puedo ver en la oscuridad.
Permite que la luz de la santidad y de la verdad ilumine mi mente y me deje ver la inocencia que mora en mí.
Permite que la luz de la santidad y de la verdad ilumine mi mente y me deje ver la inocencia que mora en mí.
2. (92) Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.
Veo a través de la fortaleza el regalo que Dios me dio.
Mi debilidad es la oscuridad que Su regalo disipa, al ofrecerme Su fortaleza para que ocupe su lugar.
Mi debilidad es la oscuridad que Su regalo disipa, al ofrecerme Su fortaleza para que ocupe su lugar.
3. A la hora en punto:
Los milagros se ven en la luz.
4. Media hora más tarde:
Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.
Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.
Audio texto Lección 111 Maya Lacuara
Ayuda para la Lección 111, Dr. Kenneth Wapnick
“Viaje a través del Libro de Ejercicios Un Curso de Milagros”
“Viaje a través del Libro de Ejercicios Un Curso de Milagros”
Material de apoyo por Jorge Pellicer Lección 111
Ayuda para las lección 111 de Robert Perry y Allen Watson
(91) Los milagros se ven en la luz.
(92) Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.
Instrucciones para la práctica , Ver las instrucciones del Tercer Repaso
Comentario
Hoy deseo abrir mi mente a la luz. Estoy ansioso por salir de mi obscuridad, y no tendré miedo de lo que la luz me mostrará. Nada de lo que he estado escondiendo puede hacerme daño. Estoy hambriento de la verdad. Dentro de mí únicamente hay inocencia, y no lo que yo temía que hubiese. Dentro de mí, en la luz, está lo que he estado deseando encontrar durante toda mi vida. Yo soy un milagro.
La luz de Dios es mi fortaleza. Me siento incapaz de elevarme hasta esta altura invocando, pero mi debilidad es la obscuridad que desaparece en Su luz. No necesito ser fuerte para venir a la luz, la luz me da fuerza al acercarme a ella. Siento que me falta fuerza para ver con la pureza de visión que pide el Curso, pero Dios me da la fortaleza que necesito, y en Su luz yo veo. Gracias, Padre, por la luz. Hoy Tú brillas en mi mente. Gracias, Padre, por la luz ahora, en este mismo instante.

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Extracción del libro de textos
Cada día, cada hora y cada minuto e incluso cada segundo, estás decidiendo entre la crucifixión y la resurrección; entre el ego y el Espíritu Santo. El ego es la elección en favor de la culpabilidad; el Espíritu Santo, la elección en favor de la inocencia. De lo único que dispones es del poder de decidir. Aquello entre lo que puedes elegir ya se ha fijado porque aparte de la verdad y de la ilusión no hay más alternativas. Ni la verdad ni la ilusión traspasan los límites la una de la otra, ya que son alternativas irreconciliables entre sí y ambas no pueden ser verdad. Eres culpable o inocente, prisionero o libre, infeliz o feliz.
