Soy tal como Dios me creó.
1. Repetiremos la idea de hoy de vez en cuando. Pues sólo con este pensamiento bastaría para salvarte a ti y al mundo, si creyeses que es verdad. Su veracidad significa que no has efectuado ningún cambio real en ti, ni que tampoco has cambiado el universo de manera que lo que Dios creó hubiese podido ser reemplazado por el miedo y la maldad, por la aflicción y la muerte. Si sigues siendo tal como Dios te creó, el miedo no tiene sentido, la maldad no es real y la aflicción y la muerte no existen.
Declaremos esta verdad tan a menudo como podamos. Ésta es la Palabra de Dios que te hace libre. Ésta es la llave que abre las puertas del Cielo y te permite entrar a la paz de Dios y a Su eternidad.
2. La idea de hoy es, por lo tanto, todo cuanto necesitas para dejar que la absoluta corrección sane tu mente y te conceda una visión perfecta que corrija todos los errores que cualquier mente haya podido cometer en cualquier momento o lugar. Esta idea es suficiente para sanar el pasado y liberar el futuro. Esta idea es suficiente para permitir que el presente se acepte tal como es. Esta idea es suficiente también para dejar que el tiempo sea el medio por el que el mundo entero aprende a escaparse del tiempo y de todos los cambios que éste parece producir con su pasar.
3. Si sigues siendo tal como Dios te creó, las apariencias no pueden reemplazar a la verdad, la salud no puede trocarse en enfermedad, la muerte no puede suplantar a la vida ni el miedo al amor. Nada de eso ha ocurrido si tú sigues siendo tal como Dios te creó. No necesitas otro pensamiento que éste para permitir que la redención venga a iluminar al mundo y a liberarlo del pasado.
4. Con este pensamiento basta para erradicar todo el pasado y salvar el presente a fin de que se pueda extender serenamente hasta un futuro intemporal. Si eres tal como Dios te creó, entonces no ha habido separación alguna entre tu mente y la Suya, ni división entre tu mente y otras mentes, y sólo ha habido unidad en la tuya.
5. El poder sanador de la idea de hoy es ilimitado. La idea de hoy es la cuna de todos los milagros, la gran restauradora de la verdad en la conciencia del mundo. Practica la idea de hoy con gratitud. Ésta es la verdad que te hará libre. Ésta es la verdad que Dios te ha prometido. Ésta es la Palabra con la que a todo sufrimiento le llega su fin.
6. Comienza las sesiones de práctica de cinco minutos con esta cita del texto:
Soy tal como Dios me creó.
Su Hijo no puede sufrir.
Y yo soy Su Híjo.
Su Hijo no puede sufrir.
Y yo soy Su Híjo.
7. Luego, mientras mantienes esta afirmación fija en la mente, trata de encontrar en ella al Ser que es el santo Hijo de Dios Mismo.
8. Busca en tu interior a Aquel que es el Cristo en ti, el Hijo de Dios y hermano del mundo; el Salvador que ha sido salvado para siempre y que tiene el poder de salvar a todo aquel que entra en contacto con Él, por levemente que sea, y le pida la Palabra que le dice que él es Su hermano.
9. Eres tal como Dios te creó. Honra hoy a tu Ser, y no rindas culto a las imágenes que fabricaste para que fuesen el Hijo de Dios en lugar de lo que él es. En lo más recóndito de tu mente el santo Cristo en ti espera a que lo reconozcas como lo que tú eres. Y mientras no lo reconozcas y Él siga siendo un desconocido para ti, tú seguirás perdido y sin saber quién eres.
10. Búscalo hoy y encuéntralo. Él te salvará de todos los ídolos que has inventado. Pues cuando lo encuentres, comprenderás cuán indignos son tus ídolos y cuán falsas las imágenes que creías ser. Hoy damos un paso gigantesco hacia la verdad al abandonar nuestros ídolos y abrir nuestros brazos, nuestros corazones y nuestras mentes a Dios.
11. Lo recordaremos a lo largo del día con nuestros corazones rebosantes de gratitud y albergando solamente pensamientos amorosos hacia todos aquellos que hoy se crucen en nuestro camino. Pues así es como lo recordaremos. Y para poder recordar a Su Hijo, nuestro santo Ser, el Cristo en cada uno de nosotros diremos:
Soy tal como Dios me creó.
Declaremos esta verdad tan a menudo como podamos. Ésta es la Palabra de Dios que te hace libre. Ésta es la llave que abre las puertas del Cielo y te permite entrar a la paz de Dios y a Su eternidad.
Audio texto Lección 110 Maya Lacuara
Ayuda para la Lección 110, Dr. Kenneth Wapnick
“Viaje a través del Libro de Ejercicios Un Curso de Milagros”
“Viaje a través del Libro de Ejercicios Un Curso de Milagros”
Meditación Leccion 110
Material de apoyo por Jorge Pellicer Lección 110
Ayuda para las lección 109 de Robert Perry y Allen Watson
Descanso en Dios.
Instrucciones para la práctica
Propósito:
Dejar de adorar las falsas imágenes que tienes acerca de ti y, en lugar de ello, buscar y encontrar tu verdadero Ser.
Ejercicios más largos: Cada hora, a la hora en punto, durante cinco minutos (si no puedes hacer esto, al menos haz el alternativo).
Di: “Soy tal como Dios me creó. Su Hijo no puede sufrir. Y yo soy Su Hijo”.
El resto de la sesión de práctica es una meditación es muy parecida a la que hiciste la primera vez que apareció esta idea, en la Lección 94 (puedes ir allí y leer mis instrucciones para la práctica de aquella lección). Toda tu atención debe estar en buscar ese lugar en lo profundo de tu mente donde mora tu verdadero Ser, el Cristo. Para llegar ahí, necesitas dejar a un lado todas las imágenes que tienes acerca de ti (son los ídolos y falsas imágenes de los que habla la lección). Como siempre recuerda tu entrenamiento en meditar: concentra toda tu intención en sumergirte hacia adentro al centro de tu mente, retira tu mente de las distracciones tan a menudo como sea necesario, y acércate a tu Ser con deseo, pues es tu Ser Quien tiene el poder de salvarte.
Di: “Soy tal como Dios me creó. Su Hijo no puede sufrir. Y yo soy Su Hijo”.
El resto de la sesión de práctica es una meditación es muy parecida a la que hiciste la primera vez que apareció esta idea, en la Lección 94 (puedes ir allí y leer mis instrucciones para la práctica de aquella lección). Toda tu atención debe estar en buscar ese lugar en lo profundo de tu mente donde mora tu verdadero Ser, el Cristo. Para llegar ahí, necesitas dejar a un lado todas las imágenes que tienes acerca de ti (son los ídolos y falsas imágenes de los que habla la lección). Como siempre recuerda tu entrenamiento en meditar: concentra toda tu intención en sumergirte hacia adentro al centro de tu mente, retira tu mente de las distracciones tan a menudo como sea necesario, y acércate a tu Ser con deseo, pues es tu Ser Quien tiene el poder de salvarte.
Recordatorios frecuentes: Tan a menudo como puedas.
Repite la idea para recordarte a ti mismo tu verdadera Identidad como el santo Hijo de Dios.
Repite la idea para recordarte a ti mismo tu verdadera Identidad como el santo Hijo de Dios.
Apoyo a la práctica: Se te dice: “Practica la idea de hoy con gratitud” (5:3) porque, sencillamente, tiene muchísimo poder (como puedes ver al leer los primeros cinco párrafos). Ésta es la principal lección del Libro de Ejercicios. Se te recuerda repetidas veces que la idea de hoy es “suficiente” (1:2; 2:2-4) para salvarte, eso es “todo lo que necesitas” (2:1; 3:3)
Comentario
Se nos dice que este solo pensamiento es suficiente para salvarnos no sólo a nosotros sino al mundo, si creemos que es verdad.
“Su veracidad significa que no has efectuado ningún cambio real en ti, ni que tampoco has cambiado el universo de manera que lo que Dios creó hubiese podido ser reemplazado por el miedo y la maldad, por la aflicción y la muerte”. (1:3)
Éste es el principal significado para mí de esta idea: nada de lo que he hecho ha cambiado nada. Los pensamientos del ego no han hecho nada, no han cambiado nada. El miedo, la maldad, el sufrimiento y la muerte no han sucedido. Sigo siendo tal como Dios me creó. No he dañado nada. La pequeña y loca idea de sustituir a Dios de Su trono no ha logrado absolutamente nada. Todavía soy perfecto, inocente, puro amor.
“Esta idea es suficiente también para dejar que el tiempo sea el medio por el que el mundo entero aprende a escaparse del tiempo y de todos los cambios que éste parece producir con su pasar”. (2:4)
Vemos los estragos del tiempo. Vemos el cuerpo que envejece. Vemos a los seres amados venir y marchar. Vemos la decadencia, la muerte y la pérdida. Pero el tiempo puede ser el medio por el que aprendemos a escaparnos del tiempo y de todos sus cambios. Con el paso del tiempo aprendemos a mirar más allá de las apariencias de cambio a lo que nunca cambia, y aprendemos que únicamente esto es real. “Llévame por el camino eterno” (Salmos 139:24).
“Si eres tal como Dios te creó, entonces no ha habido separación alguna entre tu mente y la Suya, ni división entre tu mente y otras mentes, y sólo ha habido unidad en la tuya”. (4:2)
Ninguna separación, ninguna división, ninguna esquizofrenia. Soy un solo Ser, unido a mi Creador, y dotado de un poder y de un amor infinitos. Confío en mis hermanos, que son uno conmigo, porque soy tal como Dios me creó y nunca me he separado de ellos. Lo que encuentro dentro de mí cuando escucho la Voz silenciosa del Espíritu Santo es lo también son todos los demás. Dentro de mí encuentro al Uno Santo. Yo soy Esto, tú eres Esto. Que yo me vuelva consciente de cualquier pensamiento que diga otra cosa, cualquier imagen de mí que inventa un ídolo falso y limitado, y que abandone ese pensamiento y esa imagen.
Ninguna separación, ninguna división, ninguna esquizofrenia. Soy un solo Ser, unido a mi Creador, y dotado de un poder y de un amor infinitos. Confío en mis hermanos, que son uno conmigo, porque soy tal como Dios me creó y nunca me he separado de ellos. Lo que encuentro dentro de mí cuando escucho la Voz silenciosa del Espíritu Santo es lo también son todos los demás. Dentro de mí encuentro al Uno Santo. Yo soy Esto, tú eres Esto. Que yo me vuelva consciente de cualquier pensamiento que diga otra cosa, cualquier imagen de mí que inventa un ídolo falso y limitado, y que abandone ese pensamiento y esa imagen.
“En lo más recóndito de tu mente el santo Cristo en ti espera a que lo reconozcas como lo que tú eres. Y mientras no lo reconozcas y Él siga siendo un desconocido para ti, tú seguirás perdido y sin saber quién eres”. (9:4-5)

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Extracción del libro de textos
La realidad es inmutable. Los milagros no hacen sino demostrar que lo que tú has interpuesto entre la realidad y tu conciencia es ilusorio y que no es en modo alguno una interferencia. El costo de la creencia de que algunas apariencias están más allá de cualquier esperanza de cambio es que el milagro no se obra a través de ti de manera consistente. Pues has pedido que no tenga el poder de sanar todos los sueños. No hay milagro que no se te pueda conceder si realmente deseas la curación. Pero no se te puede conceder ninguno a menos que la desees. Elige lo que quieres sanar, y a Aquel que otorga todos los milagros se le niega la libertad de concederle Sus dones al Hijo de Dios. Cuando el Hijo de Dios cae en la tentación, niega la realidad. Y de este modo, se convierte voluntariamente en esclavo de lo que eligió a cambio.
